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| Steel Angels | |
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Kohaku Shinigami *-*
Cantidad de envíos : 152 |~°[Points]°~| : 359 Fecha de inscripción : 30/07/2009 Edad : 31 Localización : Darkness Falls
| Tema: Steel Angels Jue Ago 06, 2009 8:32 pm | |
| Bueno aquí un fic ^^
Arco de la entrada misteriosa
Capitulo de la prometida
Despues de mucho tiempo, casi milenios, se encontraba otra vez frente a ese imponente estrado. Esta vez el miedo no invadia su corazon como la primera vez, esta vez una sonrisa adornaba su blanco rostro; inclusive en aquel tenso ambiente lleno de miradas acusadora y prejuiciosas, se caracterizaba por su tranquilidad y suavidad. Escuchaba mirando atentamente a la jueza que leia su fallò en torno a toda la corte presente, las mismas palabras, las mismas de la ultima vez, cada punto, cada pausa, cada una de ella le recordaba la primera vez que tuvo que pararse para dar su palabra de honor. Y porque tenia que darla otra vez para proteger su mas presiado tesoro, lo que mas amaba y en lo que habia trabajado tanto, tenia que ser fuerte, ahora habia madurado. A un costadp se encontraban sus amigas, todas ellas abrazadas entre sì, temblando, habia entre ellas una que resquebrajaba la vista, calmada e imperturbable, la hizo sonreir. Volviò la mirada al frente, el discurso seguìa, ahora los minutos de silencio para que el jurado piense las cosas; se puso a contar cada segundo. Cuando si marcador llego a cero, fue exactamente cuando el jurado tomò veredicto. La noble jueza se acercò a ellos, la desiciòn fue depositada en su oido, un gesto afirmativo, seguido de una mueca de desagrado.
- Señorita River, porfavor venga adelante.- le ordenò.
Simplemente se levanto, suavemente con la misma sonrisa de antes, el resto del mundo contuvo la respiraciòn. La jueza continuò.
- Se que ha tenido una mala experiencia con todo esto de ... bueno, supongo que desde de tanto tiempo ya habrà aprendido sus lecciones.- dijo moviento un poco sus gafas para mirar por encima de ellas los ojos de la joven.- Bueno la desicion final es
Repetia lo mismo que la ultima vez, ahora el gran final.
- La señorita Christian Anabel River Ayanami, tendra que contraer noviazgo con un hombre de su misma edad, biologica por supuesto.- El salon entero rió- Ya que la ultima vez, fue en tierras de su padre el señor Kai River, ahora entraremos en las tierras de Rei. Con esto quiero decir, que tendra que compreterse con alguien de nacionalidad japonesa, de su misma casta social.
Fue la primera vez que intervino desde que entraron al lugar.
- Señora Tomas, la familia River es una de las 4 familias mas poderosas de todo el mundo, y ninguna de las cuatro familias vive en Japón, como podre contraer matrimonio con alguien de allì- la hizó dudar un segundo. - Bueno, supongo que todos estaran de acuerdo en que la señorita Christian tiene que casarse con un japones,- la multitud asintiò- entonces, digamos que, tiene que ser alguien de casta social alta, ese es el veredicto final. Quiere proceder a jurarmentar, porfavor.
De nuevo un dejavú, se sintio avanzar paso a paso hasta llegar a la pequeña mesa de madera, tomò la pluma y escribio con gracia su firma personal.
- Yo, Christian Anabel River Ayanami, prometo que en el plazo de 6 meses contraerè compromiso, como esta planteado en el decreto firmado por mi puño y letra, sea ante mi dios y mi patria que digo estas sagradas apalabras y que se demande no llevarlas a cabo en el tiempo acordado.
Luego se retiro del centro, sus cabellos blancos y sus ojos violaceos fueron iluminados por los rayos del sol que se filtraban por el vitral del techo coloridos. Su hermano, completamente igual a ella, se acercò tocandolè el hombre con la mano, parecia un pésame; puso su mano encima de la su hermano y le miro fijamente con su sonrisa habitual. La vida se pondria interesante de ahora en adelante, ahora teniendo que dejar su patria de nacimiento, Alemania, tendria que irse a donde sus raices maternas comenzaron, un nuevo comienzo, una nueva busqueda.
-Esto va a ser interesante - susurrò antes de salir por el portòn que daba a la calle que humeda por el torrente acuoso , reflectaba la luz del sol.
Desde de un largo paseo llegaron a la masiòn al que llamaban hogar, dejo su chaqueta a un lado y si dejó caer sobre el mueble mas cercano, mirando al techo, soñando en èl. Mas tarde, llegaron los diturbios de la mano de la boca de las jovenes que hace un rato guardaban silencio en el banquillo, las miro al revez, al estar boca abajo; al verse mirada por ellas le entregò su sonrisa habitual.
- Chris- sama, ¿ Còmo es que vas a casarte asi como asi?!- levantò la voz una joven de cabellos rojos como el mismo fuego y ojos verdes brillantes. - Es cierto, ni siquiera puso resistencia a ser desposada con alguien que nisiquiera conoce. Es muy raro en usted.- reclamò la de cabellos castaño oscuro y piel morena - Es mi culpa por no haber dicho nada al respecto - esta vez hablò su hermano que veian cabisbajo como herido de guerra. - No hagan drama- dijo dulcemente, y fue lo ultimo que se escucho allì.
En medio del atardecer habia una chica, sus cabellos castaños oscuros resplandecian con los efectos del sol sobre su superficie. Era muy dificil no mirarla y observar sufigura por varios segundos eternos. Era demasiado hermosa, demasiado dulce; con sus ojos grandes de color rosa que lo miraba por detras de su hombro con esa expresion de ternura. El la quedó mirando, talvez por un par de segundos más, talvez por una o dos horas, el tiempo le era demasiado inexacto. La hubiera mirado por mas tiempo, por la eternidad entera de ser necesario; pero fue su padre el que le liberó de esa decisión suya, despertandolo con un grito fuerte en el oído. Al caer de la cama, le miró con enojo, el solo se limitó a reir mientras le decia que llegaria tarde a la escuela. Al caer en cuenta de la hora, tomo sus cosas y se alistó para tomar desayuno. Karupin siguió durmiendo tranquila. Al bajar las escaleras, Ryoma, vió a su prima colocando los platos en la mesa; al verlos todos supo que era un desayuno japones y corrió escaleras abajo mientras su padre se entretenía con sus cochinas revistas.
- Te ves cansado, Ryoma-kun- dijo su prima al verlo sentado a la mesa. Y en realidad no se equivocava ese sueño le habia quitado bastante energiay tambien estaba ido pensando en aquella niña tan bonita. - No, no tngo nada- y siguió comiendo. Ella solo atinó a mirarlo preocupada.
Como estaba retrasado, Momoshiro ya no lo estaba esperando, y por ende, tenia que caminar hasta la escuela por su cuenta; en el mejor de los casos seria mejor decir corriendo. Se agitaba, pero no tanto, despues de todo era un tenista resistente. Despuès de un largo trayecto con mucho esfuerzo, llegó al lugar de su destino. Se encontró conque muchos chicos entre ellos los miembros del club de tennis, estaban parados en medio de la puerta; extrañado se metió entre la muchedumbre llevandose una sorpresa que no supo definir como grata o desagradable. En medio del patio y caminando hacia los salones de clase, estaba un grupo de chicas. Eran en total 4, al parecer todas nuevas y de otros paises por sus fisiologías tan diferentes, todos las miraban exaltados, con la boca abierta y chorrenado saliva.
-Ryoma...- él volteó y se encontro con Fuji- ya las viste¿? -Sí - dijo mirandolas de nuevo - Las conoces ¿? -No, acaban de llegar y nadie sabia nisiquiera de su examen de ingreso, nadie las ha visto nunca. Han salido de la nada. - Ah...
Entre aquellas chicas tan bonitas, habia una en particulas que le llamó la atención. Tenía el cabello castaño oscuro y era de su estatura aproximadamente, le recordaba mucho a la niña que vio en auqel sueño tan reciente. Ella volteó su cabeza hacia atras chocando su mirada con la de Ryoma, que quedó estupefacto al observar aquellos ojos rosas que contenian amabilidad y ternura. Se dió la vuelta alejandose de las demás. La de cabellos rojos fuego con los mismo ojos verdes la llamó "onee" con un gesto sorprendido mientras las demás se limitaban a observar como se dirigía hacia Ryoma. El joven principe solo quedo paralizado sobre su sitio mirandola con sus ojos felinos bajo el flequillo; llegó junto a él, justo a su frente y sonrió.
- Hola, Echizen-kun. Nos hemos conocido antes, ne¿?- ¿Como sabía su nombre, su apellido, y acaso los sueños no son solo sueños?- Me llamó Rosseenverg, Ricarda Rosseenverg. Me puedes decir Ricky.
Al limitarse a quedarse ahí parado mirandola, le dio tiempo de darle un beso en la mejilla y correr donde las demás chicas, su hermana le acarició la cabeza y entraron en el edificio escolar seguidas de todos los demás estudiantes curiosos. Su equipo Seigaku se acercó a él,haciendole preguntas muy extrañas que el no comprendía. El solo podia pensar en ella.
Al Hyotei gakuen solo van los de grupos sociales altos, los excelsos y afortunados. Literalmente, todos conocìan la limosina de todos; algunos tenian maquinas blancas y otros negras y elegantes, las de otros tenian e simbolo de la familia grabado en el auto y otros tenian mayordomos que les abrian y cerraban las puertas a la salida o entrada de la escuela. Pero ese día y por primera vez en la historia de estos adinerados jovenes, una chica vino caminando al colegio, a decir verdad eran dos chicas. Muy a pesar de estar concientes de ello, los chicos de la Hyotei solo miraban a una, y es que su prescencia era demasiado imponente y hermosa que hacia que la otra quedara un poco atras;pero sin quedar tan abajo, porque tan hermosa como la anterior. Ambas bellezas eran diferentes y majestuosas, la primera y mas impresionante era blanca como un armiño, con ojos morados como piedras preciosas y cabellos blanco qu brillaba con el sol como la misma plata; la otra era completamente diferente, sus cabellos eran azulados y su piel, aunque blanca, tenia unos suaves tonos rosados que la mostraban como una pintura de excelso artista, toda una obra de arte en la cual habia sido incrustadas dos piedras preciosas de color azul; ambas tenian el cabello largo, mas una tenia rizos serpenteantes y la otra, completamente contraria a la anterior, tenia los cabellos lacios y perfectamente formados. Ninguna de las dos presto atención a los expectadores que les imponian la mirada, solo seguian adelante hasta llegar y desaparecer tras el umbral del edificio academico. Los demás comenzarona susurran, entre ellos el equipo de tennis de Hyotei.
- Yuushi, las viste, dime que si las viste fue impresionante; entonces lo que escuchamos en la casa de Atobe-buchou si era cierto entonces si se va a ca.... - Gakuto...- susurro mientras Shishido y Choutaro le tapaban la boca - Ahi viene su majestad, no lo arruines.- dijo Shishido viendo a su capitan entrar.
Liberaron a Gakuto para ver caminar a su rey por el campo hasta llegar a ellos. Le miraron silencioso y con un gesto de idiotas que cualquiera sabria interpretar.
-Si creen que Ore-sama no se dio cuenta, estan muy equivocados. - dejandolos frios entro a clases, siendo seguido por algunos de los otros estudiantes que aparto con ayuda de Kabaji.
El resto de los muchachos solo le siguió de lejos, si que estaba de mal humor. | |
| | | Gijex Chibi *-*
Cantidad de envíos : 97 |~°[Points]°~| : 102 Fecha de inscripción : 06/08/2009 Localización : Aquí estoy yoooo (8) << o.o'
| Tema: Re: Steel Angels Lun Ago 10, 2009 9:22 pm | |
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| | | Kohaku Shinigami *-*
Cantidad de envíos : 152 |~°[Points]°~| : 359 Fecha de inscripción : 30/07/2009 Edad : 31 Localización : Darkness Falls
| Tema: Re: Steel Angels Lun Ago 10, 2009 9:27 pm | |
| ¬¬ No toleraré que lo odio, porque yo lo amo ENTENDISTE!!!!!!!!!!!!!!!!!!11 No creo que logres converserme si nadie mas mira este fic no publicaré mas y punto. Bueno de ahi pondré algun capitulo más, Izohy si no comentas esto también te patearé..... | |
| | | Gijex Chibi *-*
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| | | | Kohaku Shinigami *-*
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| Tema: Re: Steel Angels Lun Ago 10, 2009 9:37 pm | |
| Si si yo tambien te quiero... Ahora.... NO HAGAS MAS SPAM!!!!! | |
| | | Iozhy Guardian *-*
Cantidad de envíos : 440 |~°[Points]°~| : 1299 Fecha de inscripción : 20/11/2008 Edad : 31 Localización : Av. la Demencia esquina la Paranoia nº666
| Tema: Re: Steel Angels Jue Ago 13, 2009 2:40 pm | |
| primero a mi tampoco me gusta Atobe.....amo a Tezaku kinumitsu el es mi dios WOW pero Kohaku-chan esta muy bueno el Fic me encanta continualooo porfa apiadate de esta alma quiero ver que continua no me dejes en suspoenso y no me patees ¬¬ o te acusare con mis neechan Muajaja peor continualo amiga esta chvr ^^ eres genial | |
| | | Kohaku Shinigami *-*
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| Tema: Re: Steel Angels Vie Sep 25, 2009 10:39 pm | |
| En el Yamabuki se repetían los mismos hechos que en la Hyotei y en Seigaku. El único que estaba fuera del grupo de hombres anonadados era Gin Akutsu, que ni siquiera se había acercado a mirar porque había tanto alboroto. Dan le jalaba la manga a su sempai Sengoku para que dejara el trance que le habían creado aquellas chicas, pero le era simplemente imposible así que se dejo caer al suelo rendido y pisoteado por los demás muchachos. Al salir de la muchedumbre conformada por chicas celosas y chicos enamorados se encontró con Gin sentado a la sombra del árbol, aquello le dio una idea demasiado buena que le pareció tonto el no haberla pensado antes. Con su cuerpo delgado y liviano trepó el árbol donde Akutsu estaba sentado, dejándole a este una cara de curiosidad que aunque supo disimular Dan podía escrutar en su duro rostro; al llegar a las ramas mas altas divisó a las chicas nuevas en medio del tumulto de gente, eran tres en total. Realmente deslumbrantes y bonitas; las edades de las tres iban en una escala desordenada, al igual que sus tallas, siendo la primera la mas alta, de cabellos castaños chocolate y piel morena clara con ojos verdes y el cabello hasta la media espalda, tenia un porte majestuoso y sus cabellos lacios bailaban al compás con las trenzas de tela india que llevaba cargas de piedrillas de colores. La mas baja iba segunda, de cabellos cortos y morados llenos de picos pequeños, llevaba piedras rojas en ambas orejas y sus ojos rojizos eran cuales rubíes rojos, ella también era morena como la anterior. La tercera el muy diferente a las otras dos, pero su belleza generaba en el corazón de Taichi una tristeza que se combinaba con dulzura, su piel era pálida y sin color alguno, con unos ojos verdes claros entrecerrados hasta la mitad que mostraban indiferencia a todo lo que los rodeaba, uno de ellos era tapado por el fleco negro que llegaba hasta la barbilla de la joven y el resto del cabello caía en picada hacia abajo terminando justo con su espalda, era lacio y bailaba con el viento como si fuera una frágil seda, su cuerpo parecía ser androgénico, con curvas sencillas y suavemente delineadas al igual que su pecho, era un dibujo, hecho con sumo cuidado, que quería mostrar lo hermosa que podía ser una joven sin tener aquellas dotes que hombres consideraban tanto.
- Que haces, Taichi- la voz en su espalda lo asustó un poco. - Akutsu-sempai-desu…!- gritó el niño mirando a los ojos .- Míralas,
Akutsu-sempai. Son muy extrañas, tan diferentes a las demás, nunca había visto tantas chicas bonitas juntas-desu
- Que importa, al menos tienen algo mejor que hacer esos idiotas además de hacer tanto ruido.
Taichi se dio cuenta que su sempai tenia razón, los demás compañeros se habían quedado en silencio, observando con su cuidado a las chicas nuevas que ni siquiera les habían hecho el minimo caso, o prestado la minima atención.
- Taichi… - le llamó el mayor – Sera mejor que ayudes al inepto de Sengoku, parece que se va a desmayar.
Sengoku seguía caminando junto con todos los demás, al parecer que la presión se le había subido hasta el punto más alto.
- Se… Sengoku-sempai-desu!!!- gritó Taichi bajándose del árbol para prevenir que a su compañero le viniera un paro cardiaco.
Akutsu se quedó sentado en las ramas del árbol, mirando con detenimiento a las jóvenes entre los vidrios de las aulas, los fríos ojos verdes claro se posaron sobre el, sosteniéndole la mirada desde las aulas de segundo, sus labios susurraron algo que entendió perfectamente a la distancia.
El Rikkaidai Fuzoku tampoco estaba libre de esta misteriosa situación,siendo tres las chicas que entraron al lugar dejando a los demás boquiabiertos. El equipo de tennis del instituto estaba junto y completo ese día, todos admiraron a las tres chicas pero no cayeron en el hechizo que estaba dejando estragos en sus compañeros.
- De verdad es muy extraño- dijo Yukimura Seiichi con una expresión bastante calmada. - Son muy bonitas - insistió Akaya Kirihara con sus grandes ojos verdes posados en una de ellas. - No es para tanto, vamos, van a empezar las clases- ordenó Sanada Genichirou a sus compañeros de equipo. - Puri… - No tengo ningún tipo de información sobre esto, ni siquiera las vi en los registros de la escuela. - Mejor dejémoslo así, chicos- terminó Yukimura que comenzó a avanzar después de Sanada.
Akaya seguía mirando a las jóvenes aun después de seguir a sus compañeros de equipo; una de ella tenía el porte imperial de Sanada, la intermedia entre las otras dos, era la que mas impresionaba a Kirihara con el cabello lacio al comienzo terminando en dulce y pequeños giros hasta llegar a la punta, todo de color rojo suave, supiel era blanca y sus ojos azules claros, sus labios eran rosados contraste con la piel blanca que le vestía. La tercera tenia el cabello negro al igual que los ojos, estos eran jalados suavemente y sus labios eran ligeramente mas carnosos que los de las otras. Las tres caminaban juntas y en silencio como si fueran expertas en cambios de colegio, dejando a un lado a todos los chicos y algunas chicas que quisieran acercarceles.
- Apurate, Bakaya…- le dijo Marui agitando la mano, Akaya corrió hacia sus compañeros pero aun así no pudo quitárselas de la mente. Regresando a Seigaku, las cuatro jóvenes que habían entrado sin previo aviso había causado un debate intenso entre hombre de todas las edades, cosa que molestaba a chicas, profesores y a Ryoma por sobre todos ellos. La clase susurruba “notoriamente” en frente del profesor que no podia calmarlos por mas que lo intentara con todo lo posible. La puerta se abrió dejando helado al salón de clase. El profesor se incorporó segundos después para recibir al recién llegado.
- Ah… sí, señoritas pasen por favor- dijo algo acalorado por el trabajo de intertar callar a sus estudiantes.
Cuando las jóvenes entraron, Ryoma volvió a congelarse con los ojos abiertos. En frente de toda la clase estaban dos de las cuatro jóvenes de esta mañana, y aun mas importante, la que le había hablado de manera tan extraña.
- Ellas son : Rosseenberg Ricarda y Minami Tsuchiha, estarán en su clase desde ahora y espero que se lleven bien con ellas; como verán la señorita Rosseenberg es extranjera, ella es de Italia al igual que su hermana mayor que se encuentra en el grupo de tercer año; la señorita Tsuchiha es japonesa pero viene de otra región. Por favor tomen asiento, hay un sitio detrás y al costado de Echizen. El murmullo conjunto de los compañeros de Ryoma y los gritos de Tomoka hizo que casi perdiera su indiferente paciencia, la cual regreso cuando Ricarda Rosseenberg le sonrió contenta, fue ella quien se sentó a su lado. Cuando estuvo cerca de ella sintió una brisa suave que recorría su cuerpo, la miró y se encontró con su mirada, con aquellos ojosrosados y dulces.
- Nos volvemos a ver, Echizen-kun- se dirigió a él con picardía. - Ahh… Ah sí – logró responder Ryoma , volviendo a su habitual gesto de indiferencia.- ¿ Como es que me conoces? - Yo te vi – contesto la niña poniendo una mano para sujetarse la barbilla – Una vez en un sueño…
Esto último alteró el equilibrio de Ryoma que se cayó del asiento en frente de toda la clase, aun así nadie se rió. Unos salones mas allá los alumnos de tercer año también en encontraba en una situación similar, los cuchicheos no cesaban en ninguno de los dos salones y los profesores igual de alterados no callaban a los alumnos bulliciosos. Fuji y Kikumaru estaban bastante extrañados, cosa que se notaba en la expresión fastidiada de Eiji aunque Fuji solo dejara notar su sonrisa habitual mirando al pelirrojo, que ocultaba su rostro entre sus brazos sobre la carpeta.
- No puedo más, si siguen haciendo tanto ruido voy a perder la cabeza-nya - Tranquilo Eiji, así son los hombres cuando llegan chicas bonitas - Sí a mi también me gustan las chicas bonitas, pero eso fue un exceso. Hasta me dio un poco de miedo- reclamó lloriqueando. - Eiji, mira… - ¿Qué?
Una joven de cabellos rojos estaba parada en frente de la clase, tenialos ojos rosas y el cabello castaño hasta los hombros completamente lacio. No espero ninguna presentación de profesor y empezó a hablar con una seguridad digna de respeto.
- Soy Rosseenberg Rosalie, soy italiana y tengo 15 años vengo de la ciudad de Venecia y he venido a Japón de intercambio, muchas gracias. Luego de esto, se sentó en un lugar atrás de Fuji y Eiji , los dos voltearon saludando con la mano a la chiquila que les devolvió el saludo de manera amable y sonriendo ampliamente. - Eres bastante independiente, ¿verdad? – comenzó Fuji. - Sí, bueno, es que tengo que cuidar de mi hermanita – su voz era enérgica con un ligero acento italiano. - Vaaaaaya, vaaaya, oye Fujiko creo que ahora seremos tres- se rió Eiji mirando a su compañero - Vaya – le imitó Syusuke- Nunca me había pedido que tengamos una relación Eiji.
Al ver la cara de su compañero agrego:
- Es solo una broma, Kikumaru.
Rosalie solo atinó a reír con energía atrayendo la atención de sus amigos que sonrieron. | |
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